
Felipe Orts y Kevin Suárez rindieron a gran nivel en su categoría; Larri y Aitor cumplieron en la cita reina.
Mundial de Ciclocross: Mathieu Van Der Poel, primer estandarte del nuevo orden mundial.
Fotos: Ivan Pina.
Doblete azul en Sub 23, con Michael Vanthourenhout poseedor del único oro logrado por los belgas en estos mundiales
Gieten, 1991. Acaba de finalizar la prueba profesional. Viendo la tele, vibro con la llegada al sprint por la victoria en los mundiales de ciclocross en categoría profesional. De los españoles no sabemos nada, pero la batalla entre Radomir Simunek, Adrie Van der Poel y Bruno Le Bras es de aúpa. Tras el tramo de arena cede algo el francés, pero se rehace, metiéndose en el embalaje final. Decenas de veces habíamos visto a Adrie ser el ganador de un sprint, sin ir más lejos, en Pau, en el Tour de 1988 (el de Perico). Pero en Gieten los nervios le volvieron a traicionar. Simunek padre le batía en la línea de meta y le arrebataba un arco iris que tanto ansiaba el holandés y que por quinta vez consecutiva se le escapaba. Desesperación, desolación, Adrie, cabeza gacha, mirada al cielo luego, sin explicaciones… hasta que llegó 1996 y cuando casi nadie daba un duro por él le llegó la gloria (y la liberación) en Montreuil. Lo que son las cosas, el pasado domingo, su hijo Mathieu, aún en edad sub 23, le brindó a su padre el arco iris, y lo hizo a la primera, a lo grande.
Ahí estaban en la salida Mathieu Van der Poel y Wout Van Aert, dos sub 23 de enjundia, para desafiar el “Antiguo Régimen” y ponerlo patas arriba en Tabor. Entraban claramente en la baraja de los favoritos, muchos de ellos, cómo no, dentro del combinado belga, donde Pauwels, Vantornout, Meeusen y el eterno Nys confiaban en dominar a antojo la carrera. Frente a ellos los nombres de Van der Haar, Walsleben, Taramarcaz, Bina, Simunek y Fontana, como principales sparring en la lucha por las preseas. Los nuestros, Javier Ruiz de Larrinaga y Aitor Hernández, a verlas venir, y buscando entrar en un top 25 que cada año está más caro. Y, por supuesto, la expectación de ver si Sven Nys sería capaz de arreglar una temporada aciaga, decadente, y que ya anunciaba un relevo inminente en su reinado mundial de la disciplina.
Con Van der Haar saliendo como una moto nada más darse el banderazo de salida, asistimos a unos primeros metros de tanteo, con los belgas tratando de tomar el mando, de la mano de Tom Meeusen y de Wout Van Aert. Pero poco tardó el mentado Van der Poel en asomar la cabecita, estirando el grupo al infinito y mostrando las vergüenzas de un Nys que no iba y de un combinado checo que veía sus esperanzas desvanecerse con las averías y caídas de Simunek y Bina, sus principales estandartes. Los incidentes noafectaron, como casi siempre, a los de delante sino a la zona intermedia esta vez, con caídas del alemán Walsleben (doble) y del suizo Zahner, entre otros. Al primer paso por meta Mathieu ya rodaba en solitario, tras soltar a un Van Aert perjudicado por problemas mecánicos que le hacían ceder una decena de segundos con respecto al holandés. Entre ambos, y con cara de preocupación, transitaban Meeusen, Pauwels y Van der Haar, y más atrás Vantornout y Mourey… cediendo Nys, acompañado de Taramarcaz, medio minuto.
Inalcanzable Van der Poel.
Inmersos en el segundo giro, asistimos a la consolidación en solitario de la fuga del ciclista de Kapellen, y eso que en un primer momento parecía que Van Aert y Pauwels iban a aguantar el tren del neerlandés. Pero fue un espejismo. Un nuevo arreón del nieto de Raymond Poulidor sirvió para recuperar ese hueco, no insalvable pero tranquilizador, si no cometía fallos. Encima, Van Aert, víctima de algún resbalón, cedía metros en el grupo perseguidor, donde Meeusen, Pauwels y Van der Haar llevaban la voz cantante en un duelo ya clásico entre belgas y holandeses. Finalizando el cuarto giro la renta de Van der Poel había ascendido a los veinte segundos sobre Pauwels y Van der Haar y superaba ya el medio minuto sobre Meeusen, Vantornout y Van Aert.
El resto de la prueba fue una exhibición en toda regla del ciclista oranje, sin cometer fallos, administrando la ventaja con solvencia y parsimonia, en un desenlace similar al mundial de Hoogerheide de 2009, cuando Niels Albert dio una lección de pilotaje y de poderío pocas veces vista. La lucha por las medallas se tornó encarnizada, con Van der Haar soltando a Pauwels y buscando el doblete holandés, que hubiera sido una humillación sin precedentes para una Bélgica que había logrado su único oro horas antes en sub 23. Finalmente no fue así, porque un enorme Wout Van Aert se rehizo a partir de la quinta vuelta, deshaciéndose sucesivamente de Vantornout, Meeusen, y Pauwels, hasta llegar a la altura de Van der Haar, ya inmersos en los últimos tres mil metros.
No hubo más. Mathieu levantaba los brazos en la meta de Tabor, logrando el hito de ser el campeón del mundo profesional de ciclocross más joven de la historia (apenas 20 añitos), mientras que Van Aert se hacía con la plata al sprint ante el ́enano ́ Van der Haar. A tres minutos y medio hacía su entrada un Sven Nys cariacontecido, en su peor mundial en años, y con la mirada puesta en un podio que refleja el nuevo orden mundial en el barro del siglo XXI. Entre los tres, apenas superan los 60 años. La revolución ha estallado; veremos el grado de efervescencia de la misma en los próximos meses.
Respecto a Javier Ruiz de Larrinaga y Aitor Hernández, pues dentro de lo previsto. El zuiarra superó en un puesto su mejor clasificación (27º), mientras que el ermuarra acusó el frío y no tuvo buenas sensaciones en ningún momento, finalizando en 34º lugar. Esperemos que en las próximas citas post-mundial les salgan las cosas mejor.
… Y Vanthourenhout salvó el honor belga.
La primera cita del segundo y último día de competición ponía en liza a los sub 23, con los belgas con ganas de lograr su primer oro tras la doble decepción sufrida en juniors y féminas. Para ello, presentaban a los dos grandes favoritos para lograr lo máximo: El primero y el segundo de la Copa del Mundo, esto es, Michael Vanthourenhout y Laurens Sweeck. Y eso que Van Aert no iba a tomar parte. Asimismo, ambos dominaban de forma provisional las generales del Superprestigio (Vanthourenhout) y Bpost Bank Trofee (Sweeck). Frente a ellos, Holanda esgrimía la baza de Stan Godrie, los galos las de Venturini y Doubey, los locales las de Skala y Toupalik y los italianos las del precoz Bertolini. Y no se registraron sorpresas, finalmente. Los azules lograron un bonito doblete, anestesiando al menos la decepción de sus supporters cerveceros hasta la cita profesional.
Con frío, pero con el astro sol en todo lo alto, arrancó la jornada dominical con la carrera sub 23, con el checo Skala llevando de comienzo la manija y con los dos españoles, Suárez y Orts marcando un bonito inicio dentro del top 20. Los problemas para los ciclistas checos empezaron en la figura de su máximo exponente, Adam Toupalik, obligado a cambiar de bici de buenas a primeras con la mala suerte de perder el tren de las medallas en un santiamén. Al primer paso por meta, el holandés Nieuwenhuis pasaba el primero, encabezando un amplio grupeto con L. Sweeck, Godrie, Nipl, Vanthourenhout, Aerts, D. Sweeck, Doubey y Venturini, entre otros, y con los dos españoles entre los quince primeros. Durante el segundo giro fueron los belgas, a través de L. Sweeck, los encargados de dar continuidad al alto ritmo de vanguardia, pero sin llegarse a provocar fractura definitiva, incluidas caídas sin consecuencia del propio Sweeck y de Toon Aerts.
Durante la tercera vuelta se daban una serie de alternativas, con ataques inoperantes de Godrie y Venturini, que acabaron por desembocar en uno más serio de manos de un Michael Vanthourenhout que estaba mostrando desde el inicio buenas sensaciones y frescura en su tránsito por los tramos más pesados. Mientras, los checos recibían otro revés con la caída de Skala, quedando sólo ya Nipl como único exponente para la lucha por las preseas. Un giro más tarde el de Brujas forzaba aún más la máquina, desgranando el grupo de perseguidores, con Laurens Sweeck yéndose de nuevo por los suelos, y con Godrie y Venturini luchando por no perder el tren de las medallas. Más atrás Nipl y Nieuwenhuis veían como las posibilidades de podio se desvanecían metro a metro.
De ahí hasta el final asistimos al buen hacer de Vanthourenhout, dominando la situación, controlando las embestidas de un Sweeck que se rehacía a las caídas y soltaba al holandés y al galo a poco más de dos giros para el final, al mismo tiempo que problemas en la cadena descartaban de la lucha por las medallas a Nipl, en una carrera aciaga para los checos. A una vuelta para el final, sólo un error o caída iban a impedir que Vanthourenhout mantuviera la supremacía belga en esta categoría tras la victoria la campaña pasada de Van Aert. Mientras, Godrie se deshacía de la incómoda compañía de Venturini y postulaba por la plata ante Sweeck tras alcanzarle a giro y medio para la conclusión. Sin embargo, una caída del de Breda allanaría el doblete de los eternos enemigos del país de “al lado”.
Con su victoria, Vanthourenhout añadía el mundial a un año muy positivo, tras la victoria en la Copa del Mundo y con opciones de llevarse las generales del Bpost Bank Trofee y del Superprestigio. Mientras, Sweeck alcanzaba un plata agridulce, sabedor de que quedó pronto lejos de la lucha por la victoria debido a caídas e incidentes mecánicos. Respecto a los españoles, gran resultado de Kevin Suárez y de Felipe Orts, demostrando haber dado un paso más a nivel internacional, tras realizar ambos una buena salida y haberse mantenido siempre entre los veinte primeros. El de Vilajoiosa terminaba 17º y el corraliego 18º, ambos a poco más de dos minutos del ganador. Optimismo de cara al futuro, ya que ambos apuestan decididamente por esta especialidad.
DECLARACIONES:
Kevin Suárez:
Javier Ruiz de Larrinaga: “Está claro que he mejorado mi mejor posición un mundial que era el 28º (terminó 27º N del A) pero siempre piensas que podía haberlo hecho mejor. He tenido mala suerte porque a pesar de salir indemne de la primera parte, luego se han caído delante mía y también me he ido yo al suelo. Así que la salida me ha hipotecado y he tenido que ir remontando, rebasando grupos, en general, con encontrándome bien, con buenas sensaciones” (…) “El circuito estaba más pesado que días anteriores pero no tan helado, cosa que nos benefició. No le doy importancia a la diferencia de tiempo cedida con respecto a Van der Poel, mido mis prestaciones en relación a los que están siendo rivales de mi nivel como Gil o Page, por ejemplo. El nivel ha subido muchísimo y hacer hoy día un top-30 es harto complicado” (…) “Quiero recalcar el nivel que ha dado la selección durante estos mundiales y felicitar a las categorías junior, féminas y sub 23. Han demostrado que hay futuro”.
Aitor Hernández: “Salí en parrilla en puestos traseros y pillé varias caídas. Ya en la tercera vuelta empecé a notar las piernas duras, debido fundamentalmente al frío, lo que me hizo perder el ritmo y chispa. De todas maneras, me quedo con la experiencia del mundial y de haber podido compartir selección con chavales/as que han hecho auténticos carrerones y les he podido aconsejar”.
Felipe Orts: “La salida ha sido una locura, pero he logrado pasar a muchísima gente en la primera vuelta. Durante las dos siguientes vueltas me he aposentado en torno la puesto 13º, pero luego he sufrido un inoportuno pinchazo que me ha relegado al puesto 23º. Me ha tocado remontar hasta el 17º puesto final, y eso que he en la última vuelta cuando iba con el suizo Andri Frischknecht, he tratado de soltarle en los tablones pero me he caído y ha entrado finalmente delante mía”.