Por Nacho Tardajos

Llegamos a una fría mañana en Valdemanco con 4ºC bajo cero para disfrutar de una mañana llena de mountain bike con el increíble circuito que año tras año (y ya van cuatro) nos habían preparado el C.D. Emedoce, esta vez con ausencia de la nieve.

IMG_20160117_134707.1

Sin nieve

No, no hubo nieve, pero sí agua en formato de traicioneras placas de hielo y en su forma más icónica bajando por los caminos; y haciendo de por si más técnico el recorrido por la Sierra Madrileña. Todo ello aderezado con 42km. de subidas y bajadas de infarto con piedras de todos los tamaños, y una proporción de senderos que en muy pocas marchas organizadas se consiguen; daban como resultado el DESAFÍO LA MATANZA de Valdemanco.

La organización nos dirige hacia el lugar donde hemos de aparcar para empezar a descargar y prepararnos para la primera cita de este año. Recogemos el dorsal, calentamos y estamos listos para empezar, nos dirigimos hacia línea de meta. Ya hay gente ¡y que gente! Desde mi posición puedo ver ya perfectamente colocados a figuras del ciclismo madrileño como Jesús del Nero o Borja Chivato. Echar la vista atrás da más miedo aun, ciclistas ataviados con cascos integrales y diversas protecciones, así como bicis con grandes recorridos, presagia que no va a ser precisamente un paseo.

Organización modélica

Se da la salida al grupo puntual a las 10.30h y comenzamos a cruzar las ascendentes calles de Valdemanco. El frio pronto da paso a la sensación de que todo te sobra y seguimos subiendo por una serpenteante pista que nos va separando a medida que coronamos la subida al Pinar de Mondalindo. Unos minutos de llaneo para recuperar el aliento y comenzar la larguísima bajada que nos llevaría de nuevo al punto de partida. Desvió a la derecha antes de entrar al pueblo y me encuentro de cara con la sensación de estar en una gran copa del mundo. Un picado lleno de piedras que finaliza en un túnel anegado de agua a cruzar y donde se concentraba un gran número de espectadores animando. No me lo pienso y la euforia del momento me hace tirarme sin atisbo de sensación de peligro. Cruzo el túnel y pienso si en otra circunstancia no hubiese puesto el pie ante tal reto.

IV Desafio La Matanza 2016.1

No hay descanso, tras un trocito de pista, no tardamos en entrar en sendero de nuevo y así se suceden los kilómetros, con exigentes subidas y vertiginosas bajadas que no dejan lugar al despiste, placas de hielo se esconden en cada recoveco donde el agua ha sido capaz de acumularse. Alguna de ellas dan algún que otro susto delante de mí y a quien os escribe pero sin consecuencias mayores. El genial ambiente que se respira se traduce al grito de “¡Hielo!” para avisar al compañero que viene por detrás.

Y de repente… ¡¡al suelo!!

Un pequeño cartel me notifica que estamos en el km.20 y un rápido vistazo al Garmin indica que llevamos más de una hora de carrera discurriendo ahora por un estrecho singletrack. Despiste por mi parte y mi biela derecha choca contra una piedra haciéndome volar por encima del manillar y cayendo con la espalda contra un muro ciclópeo. Me levanto de un salto y miro rápidamente que todo esté en su sitio en bicicleta y jinete. Sin consecuencias. ¡¡Manda narices!! Bajando por sitios impensables y te caes en el sitio que menos podías imaginar. Toque de aviso y a seguir pedaleando.

Paramos de bajar para desembocar en el núcleo urbano de Cabanillas de la Sierra y, de esta manera comenzar la vuelta hacia Valdemanco por caminos que no pierden el claro espíritu de máxima diversión que abandera La Matanza. La coronación de las diferentes lomas nos permite ver cómo nos acercamos al final del sobresaliente recorrido. Solo queda discurrir de nuevo las calles de nuestro punto de partida para cruzar la meta en 2 horas 32 minutos. Una media de 16km\h da fe de la dureza del recorrido, esencia de esta IV Edición de La Matanza que aun no habiendo contado este año con la estampa navideña de ver todo blanco deja un maravilloso sabor de boca.

¡¡Volveremos en 2017!!

CARTEL MATANZA 2016.1