Fotos Iván Pina 

Lo sucedido en la mañana del pasado domingo en Bieles (Luxemburgo) llevará tiempo asimilarlo. Sobre todo por su protagonista, un alicantino que hace con la bici lo que quiere, que tiene un físico privilegiado para esto de las dos ruedas y que encima goza de una cabeza bien amueblada, no exenta del carácter y la valentía cuando se precisa. Felipe logró algo que sólo cuatro ciclistas en la historia de este deporte en España lo han conseguido. Encima, todos ellos son vascos y él, procedente del levante, abre una nueva vía, incluso una era en el ciclocross estatal.

Su subcampeonato mundial en su último año sub 23 no tiene por qué considerarse una sorpresa. No se ha tratado de una fuga consentida ni nada por el estilo, sino de algo que se veía venir y que esperemos sea un punto de inflexión para los especialistas de nuestro país. Su sexto puesto el año pasado en el Campeonato del Mundo de Zolder puso claramente las cartas sobre la mesa y le abrió los ojos al de Vilajoiosa. Esta temporada su objetivo era claro, sabiendo que en el Nacional de Valencia apenas iba a tener sobresaltos para renovar el rojigualda de Torrelavega.

El ámbito internacional era el ansiado por él. Con el apoyo de su equipo y patrocinadores disputó casi toda la Copa del Mundo, obteniendo resultados que, en cualquier otro caso, se hubieran celebrado con champán, ya que ninguna vez se salió del top 15. Pero no. El malabarista valenciano no estaba contento. Al contrario, se mostraba rabioso en sus declaraciones, ya que averías, caídas y demás mal fario le azotaban en casi todas las pruebas y se veía obligado a remontar, con excelentes sensaciones y viéndose con fuerza.

No estaba vendiendo humo Felipe. El domingo, con el hielo sustituido por el barro, que no excesivo, salió a por todas. Buen arranque, colocándose tercero y salvando las hipotéticas caídas en la panza del paquete. No pudiendo seguir el ritmo del holandés Joris Nieuwenhuis que, a la postre se proclamaría campeón del mundo minutos después, pugnó con el resto de rivales, y no viniéndose abajo cuando a falta de cuatro vueltas para el final rodaba séptimo con el campeón de Europa, el belga Quinten Hermans, y relativamente lejos de las medallas.

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Sin embargo, los astros que le habían dado la espalda las semanas anteriores se pusieron esta vez de su lado. Hermans cedía, el francés Dubau se iba al suelo y Orts se situaba quinto a dos vueltas para el final teniendo a tiro al trío perseguidor compuesto por el italiano Bertolini y los belgas Cleppe y Aerts. A partir de ahí vimos una actuación impecable del alicantino, creciéndose sobre el barro luxembugués mientras el aura de sus rivales empequeñecía sin remisión.

Como si llevara corriendo en Centroeuropa toda la vida apretó de lo lindo, no hizo florituras y tiró de clase para deshacerse del transalpino y reventar a los dos belgas como hubiera hecho Nys en sus mejores días. Caballito entrando en meta que no podía faltar y deuda del ciclocross español saldada. «Salí poniendo mi marcha sin atufarme hasta media carrera, -nos cuenta Felipe. A partir de ahí fue echar el resto hasta meta. Una vez que acabó la carrera poco que contar. Locura, con todos los españoles que había por ahí y un mar de felicitaciones desde España». Ya no somos perdedores en esto del barro. Esperemos se habra una senda para que otros no pongan trabas ni excusas baratas ni humos para no trabajar a fondo en esta disciplina.

Asimismo, el salto de calidad del ciclocross levantino que se registró con el multilaureado Paco Plá el siglo pasado ha tenido por fin matrícula de honor con el de Vilajoiosa. Encima bajo el manto de la presidencia de Amadeo Olmos, que durante tantos años ha fomentado esta disciplina en la FCCV y que ahora tiene el orgullo de ver a uno de sus paisanos en el podio de un Campeonato del Mundo.

Sin suerte para Alba Teruel en su segundo Mundial

La de Benigánim era la otra representante valenciana en Bieles. Corrió, al igual que el año anterior la manga de las féminas sub 23, buscando superar el 22º puesto logrado en Zolder. Pero no pudo ser, ya que las caídas le jugaron una mala pasada debido al hielo reinante sobre el trazado. «Tuve una mala carrera -relata Alba. La primera vuelta me caí y después no me encontré para nada cómoda en el circuito. Todas las vueltas me fui al suelo y, la verdad, no fui metida en carrera en ningún momento».

Puesto final, 38º, a 8:13 de la nueva campeona mundial de la categoría, la neerlandesa Anne Marie Worst. Veremos si Alba sigue manteniendo la apuesta por el ciclocross la temporada que viene y más cuando será una de las principales favoritas para vestirse nuevamente de rojigualda como en Gijón.

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