Texto: Nacho Tardajos
Fotos: canofotosports.com

El pasado día 21 de Febrero se volvió a disputar la ROTOR Big Race en la madrileña población de Torrelaguna y allí nos dirigimos en una despejada mañana que auguraba un anormalmente caluroso día de invierno. Más de 500 participantes nos dimos cita en un circuito que identifica perfectamente la pura esencia del Mountain Bike, bajo un entorno precioso que combinaba tramos de pista con mucho sendero divertido y técnico al mismo tiempo.

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No es de extrañar tanta afluencia pues el buen hacer del Club Madrid Big Race ya dejó un gran sabor de boca en la primera edición celebrada la temporada pasada. Y como muestra de ello hemos acudido nada menos que participantes de 26 provincias españolas.

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Con el dorsal ya puesto sobre el manillar y algo menos de ropa de lo habitual en esta época, me dirijo hacia la salida mientras no paro de encontrarme con muchas caras conocidas a las que saludo y me alegro de encontrar. Algunos de ellos hacía muchísimo tiempo que no coincidía ¡¡Hoy nos vamos a juntar todos!! Claro, no es de extrañar con la pedazo de ruta que nos espera.

Alta exigencia física y técnica

Bajo el arco de la plaza ya se encuentra un buen puñado de gente lista para afrontar los 60 kilómetros con nada menos que 2000 metros de desnivel acumulado a los que hay que sumar una alta exigencia técnica ¡Puro MTB! Mientras el speaker de la prueba nos da las últimas instrucciones de seguridad, comienzan a resonar las campanas de la iglesia que anuncian que ha llegado el momento de poner los pies en los pedales.

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Los primeros kilómetros se desarrollan en anchas pistas alrededor de Torrelaguna, todo un acierto de la organización que logra espaciarnos para evitar aglomeraciones y tapones en las primeras rampas. Pero no todo va a ser rodar a altas velocidades, pronto comienzan las continuas subidas y bajadas con la característica pizarra de esta zona sembrando el suelo por donde pasamos. Estos cambios rompepiernas contribuyen con buen criterio además para continuar filtrando a los corredores.

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Increíbles vistas

Una durísima rampa con porcentajes superiores al 20% nos da la bienvenida a la urbanización de Los Tomillares donde mi amigo Rober me alcanza, un empujoncito para aumentar el ritmo dirección a uno de los iconos de esta RBR, el estrecho sendero que discurre al borde del Embalse de El Atazar.

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Aquí he de poner el pie en muchos sitios, lo que me permite disfrutar de la espectacular vista con el embalse varias decenas de metros por debajo a mi izquierda y el serpenteante camino que lo rodea, pero no hay que dejar de mirar donde se pisa. Un despiste aquí equivale a varios metros de caída por lo que arriesgo mucho menos de lo normal ante las bajadas de piedra y barro empapadas por los últimos días de lluvia. En algún punto incluso logro ver algo de nieve y hielo aun teniendo una temperatura ideal. El sendero se adentra en un bosque que nos saca a la carretera que lleva al mirador y donde nos espera el segundo avituallamiento en el que sí me decido a parar encontrándome a otro gran amigo con el que hacía mucho que no pedaleaba, Hugo Rus. Allí, pulcramente colocados; además de fruta, barritas y bebida isotónica, tienen unos lacitos de chocolate que conseguimos, con mucha fuerza de voluntad, no probar ni Hugo ni yo. A estas alturas no vale la pena esconderlo más aquí, soy un grandísimo fan del dulce ¡¡me pierde!! Un sobresaliente de avituallamiento.

El gran muro

Con Hugo sigo ascendiendo hasta el punto más alto de la RBR para comenzar una larga bajada llena de piedras de gran tamaño intercalándose con un pequeño cortafuegos de gran pendiente. Mi compañero de ruta baja mucho mejor que yo y tengo que realizar un esfuerzo extra en las subidas para seguirle. Cuando llegamos a Patones la vista se pierde en una larguísima subida donde las fuerzas empiezan a escasear. Comienzan a aparecer calambres en el interior del muslo pero sé que no están al límite, poniéndome de pie y tirando un poco de fuerza consigo que desaparezcan. La visión es desoladora, mientras ascendemos numerosos participantes han de apearse de sus monturas para seguir empujando la bicicleta en la interminable subida. Cuando coronamos allí está esperándonos el tercer y último avituallamiento. Esta vez no perdonamos los lacitos ninguno de los dos, el esfuerzo realizado merece la pena esta gran recompensa admirando el paisaje.

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Sarna con gusto…

Mientras nos aprovisionamos aparece otro grande de este deporte, Javier Heras que había tenido algunos problemas con el cambio en la salida, viendo como se le escapaban todos los corredores habiendo tenido que remontar desde la última posición. Ahora sí, los tres formamos grupetta para afrontar los últimos 13 kilómetros empezando por la más larga de las bajadas de la jornada. He de reconocer que me duelen los brazos y las manos una barbaridad, pero estoy disfrutando tanto que no me da por aminorar, solo lo acuso en los pocos descansos que nos da. Estas sensaciones te confirman que estás ante una gran prueba, digna de realizar y con muchos detalles a resaltar. Los tres continuamos hacia meta entrando en Torrelaguna por un precioso empedrado para afrontar la recta final de llegada en un tiempo de 4 horas y 21minutos.

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Tras el esfuerzo llegó la hora de cambiarnos y disfrutar de los macarrones con carne que nos tenían preparados los organizadores, el broche de oro para lo que no paramos de elogiar entre relato y relato de descensos y subidas. Y es que, con tan solo dos ediciones, ya podemos decir que la ROTOR Big Race ya se encuentra en la élite de los eventos organizados del mountain bike nacional. Un recorrido espectacular y una organización de diez encuadrado todo ello en uno de mejores parajes que posee Madrid hizo de esta pasada Rotor Big Race todo un éxito, a la que no dudéis que el que os escribe volverá siempre que sea posible.

No en vano, me siento un privilegiado por haber disfrutado de este evento y haber sido uno de los 379 participantes en haber concluido la prueba: dureza, belleza y destreza. Muchas gracias a la organización y a los más de 50 voluntarios que hicieron posible una inolvidable jornada MTB.

Si estuviste en la prueba no dudes en buscar tu foto pinchando en canofotosports.com