Fotos: Iván Pina

Histórico sexto puesto del alicantino Felipe Orts, que unido al octavo del gallego Feijoo confirman el auge de esta disciplina en España.

Los resultados acaecidos el día anterior habían dejado mucho escozor en los belgas. Sólo la plata (inesperada) de Sanne Cant había sido la cosecha en una jornada en el que los vecinos habían reído por partida doble. Pero quedaba lo más gordo, y para ello presentaban sus mejores galas, con Iserbyt y Van Aert al frente. Y los llantos y decepción se tornaron en risas y júbilo horas después. Los abucheos a los neerlandeses en la prueba reina fueron fiel reflejo de la encarnizada e histórica rivalidad existente entre dos países que adoran el ciclocross. Mientras, nosotros asistíamos a la prueba sub 23 con más ilusión que nunca, esperando ver a Kevin o a Felipe “liarla parda” en el embarrado circuito de Zolder. La actuación del malabarista de Vilajoiosa pasará a los anales de nuestro ciclismo, y es una muestra de que el ciclocross necesita un impulso, por H o por B, en nuestro país. No se pueden seguir esgrimiendo excusas ni echando balones fuera. Ahora ya no hay sólo palabras; tenemos hechos.

La lluvia no había cesado de caer en Zolder el sábado y tampoco lo iba a hacer del domingo, para alegría de los aficionados. El barro en su medida justa le daba salsa a un trazado que garantizaba el éxito a priori para las dos últimas pruebas de unos mundiales que se estaban caracterizando por las sorpresas. Y el tono predominante no cambió afortunadamente (o desgraciadamente para checos u holandeses, según se mire). Para cuando la manga profesional comenzaba nadie pensaba en algo que no fuera un triunfo claro y dictatorial de Mathieu Van der Poel. El ciclista de BKCP Powerplus partía con todas las de ganar, sobre todo tras confirmar su racha en Hoogerheide y tras varias semanas contando sus comparecencias por victorias. Pero, frente a él, se alzaba un imperio herido en su orgullo y con ganas de revancha, pensando en llevar a los suyos en volandas en uno de los escenarios con más pedigrí del ciclismo belga.

1. Wout Van Aert Meta - copia

Encima, asistíamos a la despedida mundialista del quizá ciclocrossista más grande de la historia. Sven Nys, reconociendo que apenas tenía opciones de lograr el triunfo, no dudaba en ofrecer sus servicios al nuevo monarca del país, un Wout Van Aert que venía de ganar el título nacional y la general de la Copa del Mundo, pero siendo inferior en los careos ante el hijo de Adrie en las últimas semanas. En la recámara surgían otros nombres que, un escalón por debajo, soñaban con dar la sorpresa en Zolder. Sin ir más lejos, Lars Van der Haar, Kevin Pauwels, Tom Meeusen o Clement Venturini, por decir sólo unos nombres. Pero quedaba como una utopía que el triunfo acabara cogiendo un tono que no fuera el tricolor o el naranja.

Uno de cada ambos países fueron los que salieron escopetados con más fuerza con el pistoletazo de salida. Van der Haar y Sweeck abrían fuego y estiraban el pelotón de 61 inscritos en la prueba que ponía punto y final a los mundiales. Hasta 3 belgas (Merlier, Van Aert y el mencionado Sweeck) encabezaban el tren ya metidos en plena campa, con Van der Poel, Simunek, Van der Haar o Chainel como los más avispados que no querían sorpresas, rodando atentos a su estela. Poco tardó el campeón de Bélgica en tomar el mando y provocar las primeras rupturas en el paquete, dentro del cual rodaban Nys y Van der Poel ligeramente retrasados. Sin embargo el de Kapellen, una vez que llegó a puestos de vanguardia, no dudó en ponerse a tirar y acabar de seleccionar aún más la carrera, y eso que no se había ni siquiera finalizado la primera vuelta.

2. Javier Ruiz de Larrinaga 1 - copia

Tras el primer paso por meta, Van der Poel pasaba ya sólo en cabeza, con apenas un par de segundos sobre Van Aert y Van der Haar y poco más de 15 sobre Pauwels, Meeusen, Boros, Venturini, David Van der Poel, y estando intercalados por delante de éstos el checo Simunek y el belga Sweeck. Tras ver semejante panorama, el aficionado parecía resignarse a una nueva exhibición del genio neerlandés, pero no fue así. Bajo una lluvia de abucheos, vítores y gritos varios, los belgas se multiplicaron y neutralizaron, con Van Aert a la cabeza, la primera andanada del “enemigo principal”. Así, mediada la tercera vuelta, el trío de cabeza con Van der Poel, Van Aert y Van der Haar recibía las incorporaciones de los locales Pauwels, Sweeck, Meeusen y Nys (éste bajo el impulso de una afición que le llevaba en volandas) más el holandés David Van der Poel, el checo Simunek y el galo Venturini.

Lo siguiente fue vivir una situación de calma tensa, con acelerones que no iban a ninguna parte, siendo el propio Nys uno de los más activos… hasta que llegó el fatídico quinto giro. En una de las curvas de 180º del circuito se producía un enganchón entre Van Aert y Van der Poel, quedando el pie del primero metido en la rueda delantera de la bici del segundo, y encima en plenas hostilidades desatadas, siendo Van der Haar el más listo para poner pies en polvorosa y marcharse en solitario. Unos instantes, concentración perdida y dudas. El vigente arco iris casi acababa por irse al suelo en una curva y veía como se le escapaba el tren principal en un abrir y cerrar de ojos. Pero el que salía reforzado contra todo pronóstico era Van Aert, que recuperaba en poco tiempo los segundos perdidos en el incidente. A falta de tres vuelas para el final los locales no se resignaban, a pesar de que Van der Haar rodaba solo con unos once segundos sobre Pauwels, Nys y David Van der Poel, 15 sobre Van Aert, 19 sobre Sweeck y Meeusen y 32 sobre Mathieu Van der Poel.

3. Ismael Esteban 4 - copia

Pero estábamos viviendo una carrera emocionante, con mucha incertidumbre y con el miedo a ganar en el rostro de un Van der Haar que volvería a lamentar la pérdida de otra oportunidad de oro, como así fue. Con fuerzas, con ganas y rabia tras el mal fario de Tabor, Van Aert apretó los dientes, superó a todos los que se interponían en su camino y alcanzó en un abrir y cerrar de ojos a Van der Haar a poco más de vuelta y media para el final. Detrás, Mathieu Van der Poel hacía lo mismo, hasta situarse tercero, pero ya sin opciones de renovar su arco iris. Con todo el público volcado, disfrutamos de un mano a mano vibrante entre el belga y el holandés, recordando ese duelo en 1994 con Herijgers y Groenendaal, el de la famosa ´palmadita´ en el hombro.

En uno de los descensos, Van der Haar adelantaba a Van Aert de forma temeraria y abría gas. Pero el de Herenthals no se amilanó. En la siguiente zona de pateo alcanzaba a su rival y forzaba la máquina en la última subida, para dejar a Lars clavado sobre el barro y ante el delirio de la afición belga. Ahí se acabó todo. Tramo de bajada y entrada en meta para un Van Aert que le daba una vuelta a la historia y recuperaba el cetro para los suyos, encima en casa y en la temporada de su confirmación. Van der Haar se conformaba con una amarga plata mientras que Kevin Pauwels rascaba un bronce tras superar a Nys y a Van der Poel en los últimos metros. Precisamente el ´Caníbal de Baal´ llegaba a meta saludando a la afición, con gestos de despedida y emocionado, sin darle importancia a un cuarto puesto que era lo de menos. Las lágrimas acabarían embargándole en el set de la TV belga, en el adiós de un mito al que todos hemos disfrutado y adorado a lo largo de estos años.

4. Sven Nys - copia

¿Y los nuestros? En su línea. Tanto Javier Ruiz de Larrinaga como Ismael Esteban se pegaron con los Weber, Haring, Zahner y compañía, sufriendo de lo lindo y viendo que el nivel cada vez es más exigente en esta disciplina. El zuiarra, en su octava presencia mundialista, llegó a ir el 23º al iniciarse la segunda vuelta, a cuarenta segundos de la cabeza, mientras que al de Torrelavega le veíamos fugazmente durante los primeros metros de la prueba, rodando en torno al puesto vigésimo. Finalmente, Larri acabaría 27º, a 3:56 de Van Aert, igualando el mismo resultado de un año atrás en Tabor. Por su parte, Esteban, que acudía a su tercer mundial y primero como elite, terminaría 32º, a 5:10 del belga.

Arco iris para Iserbyt en una carrera que nos hizo soñar

Arrancaba la segunda jornada de los mundiales con el denominador común de la lluvia, pero con el viento pegando con menos intensidad. Los sub 23 eran los encargados de tomar parte en una carrera que iba a ser la más seguida por el aficionado español gracias a la ilusión generada por dos muchachos que apuestan con firmeza y sin miedo por el ciclocross. Felipe Orts, partiendo desde la segunda linea, y Kevin Suárez, haciéndolo desde la tercera, se iban a meter en la pelea por los puestos de honor con toda una armada belga sedienta de venganza y liderada por el nuevo niño prodigio, Eli Iserbyt. A ellos se iba a enfrentar un sucedáneo de enemigos de enjundia que no se lo iba a poner para nada fácil, con nombres como los holandeses Joris Nieuwenhuis y Martijn Budding, el checo Adam Toupalik, el francés Clement Russo o el italiano Gioele Bertolini.

La salida poderosa del estadounidense Curtis White fue rápidamente respondida por los belgas, con el vigente campeón continental Quinten Hermans y Daan Hoeyberghs ejerciendo de secantes. Tras ellos, todo un grupo estirado con Russo, Soete, Aerts, Bertolini, Owen y nuestro Felipe Orts no dejando que se abrieran huecos importantes. El levantino daba buenas sensaciones, mientras que extrañábamos no ver en estos primeros compases a Kevin delante, que suele hacer buenas salidas en sus participaciones internacionales. Los belgas no estaban dejando moverse a nadie, y llevaban la voz cantante en un grupo cabecero que al primer paso por meta contaba con ocho unidades y que aventajaba en apenas unos segundos a otro vagón que iba encabezado por el danés Simon Andreassen, campeón mundial juvenil en Tabor el año pasado.

5. Felipe Orts 1 - copia

Fue al final de la segunda vuelta cuando empalmaron con el grupo de vanguardia dos ´miuras´ de cuidado como el holandés Nieuwenhuis y el checo Toupalik, al mismo tiempo que se producía la ofensiva más fuerte hasta ese momento de la mano del belga Daan Soete. Su renta llegó a los trece segundos sobre un grupo en el que veíamos incluso a Orts buscar la fuga. El valenciano llegó a ir segundo, pero rápidamente reintegrado a la disciplina del grupeto, no sin antes dejarnos alguna acción de puro delicatessen, para sacar la sonrisa de los narradores del canal de la UCI, que no se creían ver al spanish rider midiéndose a los mejores del mundo sin complejos. Una vez pasado el ecuador de la prueba le tocó al holandés Wouters jugar sus bazas, seguidamente a la consumación de la caza de Soete. Pero no había manera. Mucho ´gallo´ en el corral, con Hermans, Iserbyt, Toupalik, Bertolini, Orts y Nieuwenhuis neutralizándose y ojo avizor al más mínimo movimiento.

Fue precisamente Quinten Hermans el que puso toda la carne en el asador, jugando su apuesta al todo o nada a dos giros y medio para el final. Con esfuerzo, el campeón continental abría hueco y, sin sufrimiento, alcanzaba minutos después su estela el checo Toupalik. Por detrás, eran Bertolini y Wouters los que tomaban el mando de la persecución, mientras que Hoeyberghs y Soete decían adiós a sus aspiraciones. Fue el momento escogido por Iserbyt para asomar su cabecita y saltar tras el dúo de delante, tras haber estado toda la carrera agazapado y después de no haber realizado una buena salida. A punto de pasar por la línea de meta por penúltima vez, asistíamos a la “carnavalada” de Toupalik, que creyendo que era final de carrera, aceleraba y esprintaba para levantar los brazos, pensando que el arco iris era suyo, cuando sonaba la campana indicadora de los últimos tres mil metros.

6. Kevin Suarez 1 - copia

Por atrás, Orts que había cambiado de bicicleta, trataba al menos de no perder la estela de los mejores y buscando asegurarse un puesto entre los ocho mejores. Vivimos una última vuelta de infarto, con un ataque de Iserbyt al que solamente iban a responder su compatriota Hermans y un esforzado Toupalik, que debía pegarse un palizón para volver a tener opciones. Bertolini, Aerts, Russo y Orts quedaban ya sin opciones de medalla al mismo tiempo que el checo forzaba la máquina tras sentirse el más fuerte del día. Hermans cedía definitivamente, pero no lo conseguía con el sub 23 de primer año que ha conquistado los corazones de la afición más ciclocrossista del planeta. Sprint final con Eli a rueda de Adam y remontada antológica para coronarse como nuevo campeón del mundo en su debut en esta categoría. Hermans se adjudicaba el bronce y Orts le arrebataba a Bertolini al sprint un sexto puesto que ya había logrado el valenciano semanas antes en este mismo escenario, en la puntuable correspondiente de la Copa del Mundo.

Felipe hacía historia y se confirmaba como el ciclocrossista de moda en nuestro país, y que su frase “no están tan lejos y se puede competir con ellos” es una verdad como un templo y a los hechos nos remitimos ahora. A los ojos de todo el mundo. La guinda es lo que nos faltó, ya que Kevin Suárez, nuestro otro buque insignia, no pudo acabar entre los diez primeros, algo que ha ido rondando durante todo su periplo internacional este invierno y que no pudo conseguir en Zolder. El corraliego no cogió el tren de los mejores cuando se hizo la selección definitiva en la segunda vuelta. Llegó a ir 15º, pero circulando en tierra de nadie, circunstancia que hizo imposible una reacción postrera y para clasificarse finalmente 20º, a 2:05 de Iserbyt.

Declaraciones

Declaraciones Españoles día 2

Clasificaciones

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